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Desperté sobresaltado con los ronquidos de Ignacio. Nos habiamos quedado tirados en su salon despues de una tarde de aburrimiento. Lo primero que sentí al despertar fue frio. Aquel sofá estaba helado , era pleno diciembre , casi enero y sin calefacción parecía que viviamos en un inglú. Me puse mis botas y el chaquetón , parece que el frio remitia un poco más. Me asomé a la ventana , la suave luz del sol todavía brillaba timidamente en el horizonte. Serían las 7 de la mañana , más o menos.
- Ignacio , que me voy ¿Eh?
- Vale , cierra la puerta del frigo. - Dijo medio durmiendo.
-¿Que frigo?- Pregunté mientras me reía. El hizo un gesto con la mano y me dedico un cariñoso ronquido.

Salí por su puerta y entré en mi casa , me hidraté un poco y de nuevo me dispuse a tomar camino hacia la calle , ahora que todavía no habia nadie.

El llegar a la puerta de abajo me pare antes de abrirla. - Haber.. llevo todo ¿no? Llaves , comida , agua , el filtro este que pesa como un muerto... Todo. Venga vamos- Dije mientras que cerraba tras de mi la puerta. Ahora en la calle hacia un poquito más de ese frio humedo que tiene Murcia y que te empapa hasta los huesos.

Iba andando tan traquilo mientras que pensaba en lo que echaba de menos mi super MP3 cuando de bruces me tope con un joven militar.
- Eh! Chaval! , toque de queda. Vayase a su casa que el ejercito le sumistrará lo que haga falta.
- Mire.. no perdone... es que tengo que ir a ver a mi novia ¿Sabe usted?
- Eso no me importa , vayase a su casa si no quiere que lo detenga.
- ¿Detenerme? Usted no es policía.
- Vayase si no quiere tener problemas. Dijo mientras me miraba amenazadoramente- Al hacerlo ví que , a lo lejos habia otro y supuse , que en cada gran calle habrían más.
- Venga hombre , no se ponga así , que tenga buen día- Dije llendome por donde habia venido.
Cuando crucé de nuevo hacia mi casa y estaba lo suficientemente lejos de aquel hombre , me asomé de nuevo , no me iba a ir a mi casa , iba a seguir mi camino , pero no sin antes echar una buena fotografía a mi amigo al que , de ahora en adelante , apodaría '' Miss simpatía''.


Así que , siguiendo justo el callejón paralelo  llegué al final de la calle y deje a mi tan simpático amigo en su respectivos que haceres y encaminé hacia la casa de mi moza. Nunca he sido muy amigo de que me digan que debo y no debo hacer.


 
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